En el cautivador paisaje de la Ribera del Duero, Bodegas Imperiales emerge como un faro de tradición vinícola y compromiso con la excelencia. Fundada en 1998 por la familia Antolín y viticultores arraigados en la región, la bodega se destaca por su inquebrantable dedicación a producir vinos de la más alta calidad, reflejo de los característicos viñedos de la zona.
En ese mismo año, tras un meticuloso trabajo de investigación y ubicación de los viñedos más antiguos y destacados de la Ribera del Duero, se inició la construcción de la bodega. Desde entonces, Bodegas Imperiales ha forjado una reputación sólida como guardianes de la tradición vinícola, con una decidida apuesta por la excelencia en cada copa.
La esencia de los vinos de Bodegas Imperiales reside en la Tinta Fina, la variedad autóctona de la tierra, que se fusiona armoniosamente con las peculiaridades del suelo de la Ribera del Duero. Trabajar con sus propios viñedos, que abarcan 25 hectáreas en Gumiel de Izán y La Aguilera, les brinda el control total del proceso productivo. Esta dedicación implica renunciar a altas producciones para asegurar uvas de la más alta calidad, preservando así la identidad y el origen de sus vinos.
Los viñedos de Abadía de San Quirce
Los viñedos, con una edad media de 40-50 años y algunas parcelas alcanzando los 108 años, son el tesoro de Bodegas Imperiales. La ubicación en plena naturaleza y el microclima favorecido por la baja pluviometría crean condiciones idóneas para la viticultura. Los suelos arcillo-limosos, con un subsuelo de aluvión que facilita el drenaje, contribuyen a la expresión única de las uvas.
En particular, de sus parcelas más antiguas, plantadas en 1900, y con rendimientos controlados a 1900 kg/ha., nace el vino Finca Helena. Este vino rinde homenaje a la tradición vinícola del siglo XIX, ofreciendo una experiencia única que captura la esencia del pasado en cada sorbo.
Datos de Interés de Abadía San Quirce
La búsqueda de la excelencia no se detiene en la producción, sino que se extiende al compromiso con la calidad total. Desde sus inicios, Bodegas Imperiales ha implementado un Sistema de Gestión de la Calidad que abarca todos los procesos, asegurando la calidad desde el viñedo hasta el producto final. La certificación ISO 9001:2000 por IQNet y AENOR ratifica su compromiso con la excelencia.
En Bodegas Imperiales, cada botella es más que vino; es la culminación de décadas de experiencia, respeto por la tierra y un compromiso inquebrantable con la calidad. Cada sorbo es una invitación a explorar la rica herencia vinícola de la Ribera del Duero.
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