Nos gustan los cocteles, nos gustan el cine y las series, así que vamos a hacer un repaso a las principales bebidas que se toman en nuestras series y películas favoritas. Hoy, El talento de Mr. Ripley.
Tom Ripley es chico pobre que siempre ha deseado tener la vida de aquellos jóvenes universitarios de familias elitistas de Nueva York. Trabaja en una empresa de servicios de Manhattan, donde su destino parece que será ser un gris oficinista.
Tom Ripley está pasando apuros para vivir en la gran ciudad, Nueva York, a pesar de su talento especial para hacer cualquier cosa para sobrevivir. Un día se aparece la oportunidad de participar en una fiesta de la alta sociedad neoyorquina donde es contratado como pianista. Ripley compra una chaqueta en una tienda de segunda mano para la ocasión, con tal suerte que es una vieja chaqueta universitaria de Princeton.
Cuando el rico propietario de la casa charla con él, Ripley le hace creer que es amigo y compañero de universidad de su hijo Dickie; entonces, el padre le ofrece mil dólares si va a Italia y convence a Dickie para que vuelva a casa. Cuando conoce a Dickie, que es un playboy, se queda fascinado con el estilo de vida que llevan él y su novia Marge y decide que si con una chaqueta puede parecer universitario, con muy poco más puede vivir la vida de Dickie.
Una parte importante de la trama, se desarrolla en Venecia, ciudad canalla de la “dolce vita” de los años 60, donde la Jet-Set mundial se reunía para degustar los famosos Bellini, un gran coctel para “ver pasar las aguas de los canales” y una buena referencia de la época: refrescante, sabroso, colorido.
El Bellini, es un cocktail clásico ideado por Giuseppe Cipriani en el Harry’s Bar de Venecia en el año 1948. Recibe el nombre del pintor renacentista del siglo XV Giovanni Bellini, que utilizaba rosas de color intenso en sus pinturas y el combinado en cuestión, se viste de este color anaranjado.
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- Zumo de melocotón (si puede ser natural, mejor)
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- Limón
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- Cereza confitada
Instrucciones:
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- Verter suavemente los ingredientes en una copa de flauta
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- Tanto el champagne como el zumo deben estar muy frios,
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- Si dejamos caer unas gotas de limón en la mezcla, aportaremos un toque ácido interesante
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- Un par de gotas de Angostura contrarrestan sutilmente el dulzor y cuerpo del melocotón natural,
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- Adornar con una espiral de melocotón o una rodaja de éste y una hoja de menta fresca.
Nos encontramos ante un gran aperitivo para una fiesta elegante. Suave, refrescante y dulce, esta extraña mezcla de sabores tan diferentes hará las delicias de los/las que aprecian el sabor por encima del contenido alcohólico. Disfruten de un trago largo de la “Dolce Vita”.
