Los vinos de Sonsierra baten su propia marca y consiguen 9 medallas para sus vinos en un solo concurso. Con 15 años de historia y unas cifras apabullantes, 12.402 vinos participantes procedentes de 39 países, el AWC Vienna International Wine Challenge 2018 se ha convertido en uno de los concursos vinícolas más destacados del panorama internacional.
En esta edición la bodega supera los siete reconocimientos recibidos en la edición de 2016 (dos medallas de oro y cinco de plata) y se trae para casa 9 medallas. Dos nuevas medallas de oropara el vino icono de la bodega, Perfume de Sonsierra 2014, y otra para Sonsierra Vendimia Seleccionada 2014 a las que se suman siete medallas de plata para Sonsierra Blanco Fermentado en Barrica 2017, Sonsierra Selección Tinto 2017, Sonsierra Crianza 2015, Sonsierra Madurado 2017, Sonsierra Reserva 2013, Sonsierra Gran Reserva 2012 y Pagos de la Sonsierra 2013.
Sin duda teniendo en cuenta la cantidad de referencias que han formado parte del desafío AWC Vienna 2018 es todavía más gratificante ver cómo los vinos de Bodegas Sonsierra han conquistado con su autenticidad y calidad a un panel de cata compuesto por perfiles tan variopintos de profesionales del vino (enólogos, sumilleres, gastrónomos, periodistas, distribuidores…) procedentes de distintos rincones del mundo.
Bodegas Sonsierra
Bodegas Sonsierra nació en San Vicente de la Sonsierra, en el corazón de una comarca con unas características únicas para la vid acompañada de ésta hermosa región, al estar bañada por el Ebro y protegida por la Sierra de Cantabria.
En Bodegas Sonriera mantienen una tradición que, durante siglos, ha moldeado el paisaje hasta hacer de la Sonsierra un paraje de singular belleza donde las vides cubren la tierra, y las construcciones tradicionales ligadas al vino como lagares y guardaviñas, salpican los viñedos.
La zona es famosa por los suelos pobres en materia orgánica que limitan la producción aumentando la calidad de los racimos. De estructura equilibrada (arenas, limos y arcillas) y ricos en caliza, son perfectos para el Tempranillo, que aquí se comporta de manera especial.
Asi elaboran vinos monovarietales que comienzan a hacerse en la viña, en cada una de las cepas, prestando atención a cada detalle y utilizando tanto técnicas tradicionales como los últimos avances tecnológicos para controlar la máxima calidad durante el proceso. Como resultado tenemos vinos perfectos para la crianza con un buen balance de acidez y concentración de aromas y sabores.