Un vino del hielo es un vino para el cual sus uvas se vendimian bajo determinadas condiciones climáticas que no se dan todos los años, y se elabora bajo estrictos controles de calidad.
Los vinos de hielo son sabrosos, profundos y dulces. Pero decir solamente que los vinos de hielo son vinos dulces es reductivo.
De hecho se pueden considerar milagrosos porque se consiguen en condiciones tan extremas que, a priori, parece imposible su obtención.
Las Orígenes del Vino de Hielo
El origen de los vinos de hielo esta en Alemania y las uvas con las que se elabora el vino son blancas.
Hay también las tintas, por ejemplo, el Pinot Noir o Cabernet Sauvignon.
Estos vinos no depende de una uva concreta, sino de un tipo de viticultura y vinificación cuidada.
El proceso de la vinificación.
¿Qué ocurre entonces por esta vinificación? Al congelar las uvas nada más vendimiarlas, no consigue la misma concentración de azúcares que en los naturales.
Aunque hay una ‘’falsa’’ concentración de azúcares y algunos tienen que añadirle azúcar extra. El mosto obtenido por estos métodos es del orden de un 5-10% más rico en azúcares en comparación con el vino normal.
Esta técnica se utiliza en zonas frías, por ejemplo, Alemania, Canadá, Francia y Austria. Eso es porque para que se produzca esta congelación, es necesario que la temperatura se mantenga al menos en torno a -7 ó -8C (sin bajar de los -13ºC, algo que sería contraproducente) durante varios días.
La práctica más común consiste en vendimiar de madrugada la uva congelada, y llevarla rápidamente al lagar, que se mantiene abierto para mantener la baja temperatura.
El maridaje perfecto por estos tipos de vinos se presta a las armonías. Por ejemplo el foie gras o una compota de naranja con tostaditas. También chocolate negro con aceite o un helado que no sea muy dulce. ¡Los quesos también pueden combinar muy bien!